De media, dedico al menos un tercio de mi tiempo cada semana a las áreas estratégicas o de visión general de mi negocio. La mayoría de las semanas no pierdo tiempo lidiando con asuntos del día a día ni haciendo trabajo que un empleado más junior podría hacer igual de bien.
Has encontrado el equilibrio perfecto entre dedicar tiempo a la visión general de tu negocio y a la gestión diaria del mismo. La mayor parte de tu tiempo se invierte en las áreas estratégicas de tu empresa. Tu negocio no depende en exceso de tus contribuciones individuales a la compañía.
Es posible que te veas atrapado en problemas urgentes y a corto plazo. Puede que pases la mayor parte de tu tiempo trabajando en tareas que podrías delegar fácilmente, lo que significa que no dedicas suficiente tiempo a las áreas estratégicas de tu negocio.
Los líderes de empresas de alto rendimiento dedican la mayor parte de su tiempo a trabajar estratégicamente en su negocio, en lugar de centrarse en la gestión diaria. Delegan la mayoría de las actividades tácticas a sus empleados, y se concentran en las actividades que tienen el mayor impacto en su empresa a medio y largo plazo.
Tenemos una visión empresarial que todos los empleados conocen. Nuestros empleados están trabajando juntos para ayudar a la empresa a lograr esta visión.
Tienes una visión bien definida para tu negocio. Tus empleados la entienden y están alineados contigo en trabajar hacia esa visión.
No has definido claramente la visión de tu empresa o no has alineado a tus empleados para que trabajen hacia esa visión. Sin una visión clara de hacia dónde va tu empresa, ¿cómo vas a saber cuándo has llegado y cómo van a ayudarte tus empleados a lograrlo?
Los dueños de negocios de alto rendimiento comienzan definiendo su visión personal de éxito. Luego, redactan una visión de empresa que esté alineada con su Visión Personal. Sus empleados entienden la visión de la empresa y trabajan juntos para alcanzarla.
Medimos el nivel de compromiso de nuestros empleados y sabemos que la mayoría está comprometida, motivada y dispuesta a dar lo mejor de sí por el beneficio de la empresa.
Mides regularmente el compromiso de los empleados y comprendes lo importante que es tener empleados altamente comprometidos con tu negocio. Has creado un entorno donde los empleados muestran comportamientos de alto compromiso.
Es posible que no te des cuenta de que el compromiso de tus empleados es el factor más importante para el éxito de tu organización. O tal vez no sepas qué pasos tomar para crear una gran cultura y una fuerza laboral comprometida.
Las empresas de alto rendimiento reconocen que sus empleados son su activo más importante. Desarrollan planes de carrera para ellos y evalúan su compromiso y desempeño de manera regular. Todos los empleados tienen responsabilidades laborales bien definidas y saben cómo su trabajo contribuye al éxito de la empresa. La empresa se comunica regularmente con los empleados, tiene una cultura transparente y fomenta la motivación intrínseca a través del equipo directivo.
Hemos logrado un crecimiento sano y constante de facturación año tras año.
Llevas un negocio predecible donde puedes anticipar con éxito los objetivos de crecimiento y cumplir de manera constante con tus obejtivos de ingresos cada año.
Tus ventas varían considerablemente de un año a otro. Algunos años crecen, otros se mantienen y en otros disminuyen. No puedes tomar buenas decisiones de negocio sin un modelo de crecimiento predecible. Además, si estás buscando inversionistas o posibles compradores para tu negocio, la fluctuación en las ventas les resulta poco atractiva.
Las empresas de alto rendimiento son expertas en pronosticar objetivos de crecimiento de ingresos y se aseguran de cumplir o superar sus metas año tras año. Tienen una base de clientes diversa, un modelo de ventas probado y gestionan su departamento de ventas con un plan de ventas.
Hemos desarrollado una marca fuerte para nuestro negocio que nuestros clientes entienden y con la que se identifican. Las mediciones de retención de clientes sugieren que compran más de nosotros y se mantienen fieles gracias a la marca.
Has desarrollado una marca fuerte que permite a tus clientes conectarse con el propósito de tu negocio, más allá del producto o servicio que ofreces. Tu costo de adquisición de nuevos clientes es más bajo y tu tasa de retención de clientes es más alta que la de tus competidores en la industria.
No tienes una marca fuerte. Las marcas fuertes: atraen clientes a un menor costo, los retienen por más tiempo y te permiten cobrar más por tu producto o servicio. Es posible que los clientes te abandonen cuando encuentran una alternativa más barata.
Las empresas de alto rendimiento han desarrollado una marca que tiene un significado en su mercado. Los prospectos se sienten atraídos por su marca y la recomiendan a otros. Las empresas de alto rendimiento buscan reforzar su marca a través de cada decisión y acción que toman.
Nuestros clientes conocen y valoran los beneficios que ofrecen nuestros productos o servicios. Entienden cómo nuestra oferta es diferente y superior a la de la competencia.
Tienes una diferenciación cuantificable de tu producto o servicio en comparación con la competencia. Tus clientes son conscientes de ello y entienden el valor de esta diferenciación frente a otras alternativas.
Tu producto o servicio no tiene un punto de diferenciación significativo y medible en comparación con las ofertas de tus competidores. Tus clientes y prospectos no entienden el valor que tu oferta les proporciona frente a la competencia. Pueden irse cuando encuentren una alternativa más barata.
Las marcas de alto rendimiento han identificado beneficios medibles que diferencian sus productos o servicios. Sus clientes y prospectos comprenden estos puntos de diferenciación. Su diferenciación es sustancial y se basa en algo más que simplemente “buen servicio al cliente”. Los clientes valoran mucho estos puntos de diferenciación.
Nuestros beneficios superan los promedios de la industria y no tenemos problemas de flujo de caja. Estamos financieramente preparados en caso de una recesión económica.
Le das mucha importancia a generar buenos beneficios, mantener un flujo de caja sólido y tienes un historial de rentabilidad que está por encima del promedio de tu industria. Estás completamente preparado para soportar una caída significativa en tu negocio o sector.
No tienes un historial de generar de manera constante beneficios y flujo de caja sanos, o no sabes cuáles son los promedios de rentabilidad en tu industria. Puede que estés enfocado solo en la facturación y/o no hayas identificado eficiencias operativas que lleven a beneficios sanos. Solo las empresas que demuestran rentabilidad constante sobrevivirán. Puede que estés generando ganancias, pero si sacas demasiado dinero del negocio, lo estás haciendo vulnerable a futuras caídas.
Las empresas de alto rendimiento pronostican primero los beneficios y el flujo de caja, y luego presupuestan los gastos para alcanzar las ganancias y el flujo de caja previstos. Revisan sus estados financieros y ratios financieros con frecuencia y toman medidas cuando es necesario para generar beneficios consistentes. Tienen suficientes utilidades retenidas y efectivo para operar el negocio durante una recesión y no agotan el efectivo de la empresa. Además, generan suficientes beneficios para reinvertir en el negocio.
Medimos rutinariamente nuestros niveles de servicio al cliente. Usamos estos datos para mejorar el desempeño de nuestro negocio. Nuestros empleados brindan un servicio al cliente excepcional y nuestros clientes se sienten valorados.
Le das un gran valor a tus clientes y tus empleados les brindan de manera constante un alto nivel de servicio. Mides tus niveles de servicio al cliente y tus clientes se sienten valorados, por lo que no se van por sentir indiferencia.
Puede que no sepas qué piensan tus clientes sobre tu servicio. Tal vez des por sentado a tus clientes o no hayas creado la cultura y la formación necesarias para que tus empleados brinden un gran servicio. La mayoría de los clientes se van, no por tu producto, sino por la indiferencia que perciben hacia ellos.
Las empresas de alto rendimiento valoran enormemente a sus clientes y a sus empleados. Sus empleados están comprometidos, son conscientes de su papel como embajadores de la marca y brindan un servicio excepcional en todas las interacciones con los clientes. Ofrecen una cultura y la formación necesaria para alcanzar altos estándares de servicio. Miden constantemente los niveles de servicio, las razones por las que sus clientes los abandonan y el nivel de compromiso de sus empleados.
Nuestros procesos clave de negocio están bien documentados y nuestros empleados podrían seguir funcionando a un alto nivel si uno o más empleados clave se fueran.
Entiendes la importancia de formalizar tus procesos para no depender completamente de las habilidades y conocimientos de unos pocos empleados clave. Si perdieras a uno o varios empleados clave, tu negocio no se vería afectado significativamente y no tendrías que cambiar tu rol en la empresa.
Tu negocio depende de las habilidades y conocimientos de uno o más empleados clave. Si ellos se van, es probable que pierdas clientes, experimentes retrasos y tengas problemas de servicio. Esto te obligaría a dedicar más tiempo a trabajar en el día día de tu negocio como resultado directo.
Las empresas de alto rendimiento se han tomado el tiempo de documentar formalmente todos los procesos clave. También han capacitado a sus empleados en la mayoría de las áreas del negocio. Aunque no es fácil para ninguna empresa perder a un empleado clave, las empresas de alto rendimiento se han preparado lo mejor posible para afrontar esa situación.
Tenemos un proceso de contratación formal diseñado para identificar y asegurar el mejor talento. Estamos constantemente trabajando para mejorar nuestro equipo y no dudamos en despedir a aquellos que rinden por debajo de las expectativas o que ya no encajan con la visión de la empresa. Tenemos una cultura que fomenta el desarrollo de excelentes empleados.
Sabes cómo gestionar correctamente tu capital humano. Utilizas tanto entrevistas como evaluaciones para contratar empleados. Despides a aquellos que resultan ser un error de contratación y a los que no encajan estratégicamente en la empresa, sin importar cuánto caigan bien. También sabes cómo mantener comprometidos a tus mejores empleados actuales.
Probablemente no tienes a los mejores talentos en todas las posiciones clave de tu negocio. Los mejores empleados que tienes podrían no ser fieles a ti o a tu empresa, y podrían irse si reciben una oferta igual o mejor. Es posible que no estés evaluando estratégicamente las carencias de habilidades en tu negocio ni haciendo los ajustes necesarios.
Las empresas de alto rendimiento cuentan con procesos para atraer y retener a los empleados de mejor desempeño. Estas compañías entienden que la gestión del capital humano puede hacer o deshacer una empresa, por lo que revisan sus necesidades de personal al menos una vez al año. Comprenden el costo que implica para la empresa una menor calidad, un peor servicio y mayores gastos debido a un bajo compromiso de los empleados. Trabajan para asegurar una cultura de confianza, positividad, autonomía y equidad, junto con capacitación, transparencia, feedback y reconocimiento para retener a sus empleados de alto nivel.
Nuestro negocio opera con un plan estratégico y un plan operativo anual, y todas las actividades empresariales están alineadas con estos planes.
Estás gestionando tu negocio correctamente utilizando tu plan estratégico de 3 a 5 años como guía para desarrollar tu plan operativo anual. Tu organización trabaja principalmente en objetivos anuales, respaldados por estrategias y acciones en tu plan anual que están alineadas con tu plan estratégico.
No has desarrollado un plan estratégico de 3 a 5 años que trace el rumbo de tu organización, o no has creado un plan operativo anual que respalde tus objetivos estratégicos. Las organizaciones que operan con planes estratégicos respaldados por planes anuales tienen una probabilidad mucho mayor de alcanzar sus metas y realizar la visión de su empresa.
Las organizaciones de alto rendimiento operan con planes estratégicos de 3 a 5 años, respaldados por un plan operativo detallado de 1 año. Se toman el tiempo para crear Objetivos Estratégicos, Objetivos Anuales, Estrategias y Planes de Acción para alcanzar la visión de su empresa. Elaboran planes que se ajustan al tamaño y tipo de su organización. Revisan las decisiones importantes en función de sus planes y son lo suficientemente ágiles como para hacer ajustes cuando cambian las circunstancias o surgen nuevas oportunidades.
Gestionamos nuestro negocio utilizando Indicadores Clave de Desempeño (KPIs) que nos dan una indicación temprana del rendimiento financiero futuro. Revisamos y hacemos seguimiento a nuestros KPIs semanalmente.
Has identificado KPIs financieros y operativos que se utilizan para medir la probabilidad de alcanzar tus objetivos de desempeño. Estableces metas para los KPIs y gestionas tu negocio en función de la medición de los KPIs reales hacia esas metas. Gestionas tu negocio utilizando indicadores adelantados en lugar de indicadores rezagados.
No haces seguimiento a tu negocio utilizando KPIs financieros y operativos, no los revisas con la frecuencia suficiente o solo utilizas indicadores rezagados. Los KPIs permiten evaluar los negocios y resultados de manera objetiva en lugar de subjetiva. Si no gestionas tu negocio utilizando KPIs, no puedes identificar señales de advertencia en tu negocio ni responder a ellas de manera adecuada.
Las empresas de alto rendimiento gestionan su negocio utilizando KPIs financieros y operativos. Establecen metas semanales de KPIs y comparan cuidadosamente los resultados reales con las metas. Se centran en indicadores adelantados en lugar de indicadores rezagados, de modo que puedan hacer ajustes a tiempo para impactar positivamente en los resultados financieros.
Mis socios y los familiares que trabajan en el negocio están totalmente alineados con la dirección de la empresa y no tienen conflictos importantes.
Tienes un acuerdo de socios bien documentado. Tú y tus socios y/o familiares están totalmente alineados en la dirección del negocio, incluyendo la estrategia y el momento de la salida eventual.
Tú y tus socios y/o familiares no están alineados respecto a la dirección del negocio ni al plan de sucesión. Es probable que experimenten conflictos frecuentes, lo cual resulta contraproducente para la empresa y hace que manejar el negocio sea menos satisfactorio de lo que podría ser. Es probable que no hayais creado un plan de sucesión o que haya discordia sobre cómo debe llevarse a cabo.
Las empresas de alto rendimiento han establecido un acuerdo de socios u operaciones bien definido. Los socios y/o familiares están de acuerdo con la visión y la dirección del negocio. Todos están conformes con que cada uno está contribuyendo al negocio a un nivel que coincide con su participación accionaria. Todos están de acuerdo con el plan de sucesión y el momento en que debe llevarse a cabo.
Sé cuál es mi estrategia de salida del negocio y estoy seguro de que la llevaré a cabo con éxito. En caso de fallecimiento o incapacidad, he preparado un documento guía con mis deseos expresos para la continuación o venta de mi empresa.
Tienes una estrategia de salida clara, incluyendo las expectativas de tiempo para tu salida. Estás seguro de que recibirás una compensación acorde con el valor que crees que tiene el negocio. En caso de fallecimiento o incapacidad, has dejado la empresa en una posición en la que los empleados clave y tus seres queridos saben cómo seguir adelante.
No has desarrollado una estrategia de salida clara y no estás seguro sobre el momento de tu salida. Es posible que no hayas estructurado tu negocio para maximizar su valoración y que no recibas el valor de venta que esperabas. Podrías estar dejando a tu familia o empleados sin la capacidad de manejar el negocio de manera efectiva en caso de tu fallecimiento o incapacidad.
Los propietarios de empresas de alto rendimiento desarrollan su estrategia de salida años antes de llevarla a cabo. Han realizado una valoración de su negocio y han tomado medidas significativas para mejorar esa valoración. Tienen una expectativa realista sobre lo que su empresa vale para un comprador y están seguros de que saldrán en sus propios términos. Han elaborado documentos de planificación para guiar a su familia y empleados en caso de fallecimiento o incapacidad.
He alcanzado mi objetivo de equilibrio entre trabajo y vida personal o tengo un plan específico para lograrlo.
Te das cuenta de que cuanto más depende el negocio del propietario, menos valor tiene para un posible comprador. Has tomado medidas en tu empresa para contratar al personal adecuado, delegar responsabilidades y documentar los procesos para minimizar la dependencia de ti. Trabajas para vivir en lugar de vivir para trabajar.
Actualmente, tu negocio sufriría significativamente si no estuvieras muy involucrado en el día a día. No has formado un equipo de liderazgo, no delegas lo suficiente y no has documentado formalmente las formas en que tu empresa puede ser menos dependiente de ti. Por lo tanto, tu negocio no es muy atractivo para un posible comprador. Vives para trabajar en lugar de trabajar para vivir.
Los propietarios de empresas de alto rendimiento entienden que cuanto más depende el negocio de sus contribuciones individuales, menos valioso es para un posible comprador. Tienen un equipo directivo que se encarga de las operaciones diarias del negocio. Confían plenamente en su equipo y delegan la mayoría de las tareas operativas importantes en ellos. Han tomado el tiempo para documentar todas las actividades clave en su empresa. Además, han establecido y alcanzado sus objetivos de equilibrio entre trabajo y vida personal.
Tengo un grupo sólido y eficaz de empresarios externos en las que confío para tomar decisiones importantes en el negocio.
Te das cuenta de que las personas que actualmente dirigen sus propios negocios te darán mejores consejos que tu asesor financiero, abogado o incluso un consultor que contrates. Reconoces que aquellos que están en tu misma situación pueden cambiar tu perspectiva, y aunque no lo hagan, te sientes más seguro de que estás tomando las decisiones correctas porque las has valorado con otros que ya han pasado por lo mismo.
Las reuniones de tu equipo directivo se realizan con poca frecuencia y suelen ser poco productivas. Los asistentes ven las reuniones con escepticismo y no llegan preparados para aportar lo mejor de sí. A menudo, los participantes salen de las reuniones pensando que han sido una pérdida de tiempo.
Los propietarios de empresas de alto rendimiento han aprendido lo valioso que es establecer un consejo objetivo y basado en la experiencia para tomar decisiones importantes. Forman parte de un grupo de otros empresarios que comprenden tanto su negocio como su visión personal del éxito. Como no compiten entre sí, ofrecen feedback imparcial y sincera sobre los desafíos y oportunidades de cada uno. Debido a que "ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros juntos", toman decisiones empresariales de mayor calidad de manera regular.
A los empleados se les dan expectativas por escrito, están comprometidos y son responsables de sus resultados, y saben cómo sus responsabilidades contribuyen a los objetivos y al rendimiento general del negocio.
Tus empleados tienen descripciones de trabajo y responsabilidades clave por escrito. Saben exactamente lo que se espera de ellos y tienen claridad sobre si están cumpliendo con las expectativas. Se hacen responsables de los resultados de sus puestos y asumen la responsabilidad cuando algo sale mal.
Tus empleados no tienen claro lo que se espera de ellos y no están seguros de si están cumpliendo con las expectativas. No asumen completamente la responsabilidad de sus resultados y, si fueran despedidos, posiblemente se sorprenderían. Además, no tienen claridad sobre cómo sus responsabilidades contribuyen al éxito del negocio.
Las empresas de alto rendimiento han comunicado expectativas claras para cada empleado. Los empleados saben cómo su trabajo apoya los objetivos de la empresa. Saben si están teniendo éxito o si no están cumpliendo con las expectativas. Los empleados son responsables de sus resultados y no ponen excusas cuando no cumplen con lo esperado. La dirección se comunica de manera consistente con sus empleados, y si no están rendiendo bien, no se sorprenderían si fueran despedidos.
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